max (Visitante)
| | Hay leyendas que por medio de la tradición oral se han conservado hasta nuestros días; una de ellas es la del Cerro de Guautecomaque o Cincoque.
Se dice que el Cincoque es un cerro encantado, que hace muchos años era una gran ciudad rodeada de agua, la que por el mal comportamiento de su población, Dios mandó tapar con tierra.
La leyenda asegura que para que esta ciudad retorne, es necesario que un hombre dedicado a adorara Cristo, un Jueves Santo entre en una cueva que existe en la falda del cerro, luego de recorrer aproximadamente 500 metros encontrará una estatua que deberá cargar en sus hombros; pero no tiene que voltear a pesar de lo que escuche o le hagan. Si logra salir de la cueva, tiene que llevar la estatua a la iglesia y orar; entonces la ciudad aparecerá.
Hay quien afirma que los que lo han intentado, oyen ruidos de animales, gritos que los llaman y sombras que entorpecen el camino y les impiden lograr su objetivo.
Algo con lo que entretienen los abuelos a sus nietos, es la leyenda de los naguales y las brujas. El nahual es un ser demoníaco que puede transformarse en animal (burro, perro, chivo); no hace daño a los humanos, sino que roba animales o alimentos, la única forma de enfrentarlo es con una cruz de madera ante la cual el animal se convierte en hombre. Sobre las brujas, la leyenda cuenta que hace muchos años, en época de lluvia, aquéllas se reunían en el Cerro Grande, por lo que en las noches se veían muchas luces, entonces todas las madres protegían a sus hijos menores de un año ya que las brujas se los chupaban. Primero daban varias vueltas en las casas cuando todos estaban durmiendo; para evitar el ataque de estos seres se ponían una cruz de sal en la azotea, un rosario y un cuchillo. Si por casualidad la bruja pasaba volando, caería y se enterraría el cuchillo quedando muerta. Se comenta que estos seres tienen pacto con el diablo y por eso pueden transformarse. |